12 de noviembre de 2024

Jueves 7/11/2024







MENSAJE 574

Soy la Luz, Soy el que Soy, Soy vuestro padre Omnipotente e infinitamente misericordioso. Y os digo, que no habrá pan que alimente vuestras bocas sin antes, deis el diezmo.

Por ello, el hombre calla; el hombre omite el orden; difiere de la realidad del mundo.

Por ello, yo hablo con mis dictados a la humanidad, para darles a conocer su realidad.

No os dejéis llevar al engaño, y actuad con cautela.

El buen Dios, no tiene culpa de las injurias que el ser humano comete, por soberbia y avaricia, como codicia de lo que no es lícito.

El buen Dios, sí quiere que el hombre cumpla con su prójimo, y la paz reinará en la tierra... y el pan alimentará a todos los que moren en ella.

El buen Dios, jamás reprime las necesidades de los justos, como tampoco de los que son injustos.

El buen Dios, ve y deja en plena libertad a quienes quieren tomarse la justicia por su mano, pero con el mismo peso, la justicia divina, recaerá sobre aquellos que opriman y que se aprovechen del débil, como de los pobres de espíritu sin un rumbo fijo.

Yo daré el alimento de vida a quienes se nutran de mi sabiduría, para dar el testimonio de mi verdad.

Yo aviso siempre para aquellos que saben oír y ver, como responder a mi llamado.

Por la paz del mundo, porque os amo, vigilo de cerca los pasos equivocados de los gobernantes que envuelven con sus manipulaciones al mundo, en un profundo desconocimiento, haciendo que sus mentes sean fácilmente seducidas a sus antojos, para llevar las riendas de un mundo equivocado y lleno de horror, que oculta por sus propios beneficios.

Hijos de la gran naturaleza, despertad al unísono del amor universal, orad por quienes se nutren de vuestra ingenuidad.

 Despertad las conciencias y uniros en esta gran batalla del Espíritu Santo, porque todo lo que esté contra la propia naturaleza, arderá en el fuego purificador.

Abrid vuestros corazones nobles y estad atentos, porque yo daré la señal del cielo, para que los nobles me sigan y cierren sus moradas en mí, y protegeré su estirpe y linaje de la inmundicia del mal, y sellaré sus frentes para que no haya equívoco, en el fin de los fines.

Orad y amad a todos los más necesitados de la luz eterna.

Orad y amad a vuestros enemigos. Ellos pueden dejar de serlo; sólo la oración hace que la piel arrugada sea tersa y firme como la de un recién nacido.

Amad vuestra tierra, porque sóis parte de ella, y ella forma parte del TODO, y TODO, está en mi infinita misericordia.

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