1 de agosto de 2011

Jueves 23 de junio de 2011


DECIMOQUINTO MENSAJE

(Tur ojos tristes... Alma de niña...)

                 
          Tus ojos tristes, verán las maravillas que el Padre Todo Poderoso  hará en beneficio
          del que ama  la verdad.
          Tus ojos tristes, dejarán de sucumbir en la duda y te darás al prójimo como siempre lo hiciste.
          Alma de niña, escribe tus penas y alegrías en mi mano infinitamente misericordiosa.
          Alma de niña, ve y difunde  a los cuatro vientos que el Padre abrirá los corazones más oscuros.

          Alabado sea todo lo que el cielo transmite a sus elegidos porque ellos serán
          el ejemplo de la fe viva sobre la fe firme.

          Alabado sea quien da pan sin pedir nada  a cambio.
          Alabado sea quien viste al desnudo porque el cielo lo abrigará eternamente.
          Alabado sea quien da amor y comprensión a quienes le dieron la espalda, porque
          el Espíritu Santo está dentro de ellos.

          Alabado sea el Poder Divino  que avisa de lo que ha de venir para que sus hijos
          no perezcan en la agonía de la persecución del mal ajeno.

          Alabado sea el Santísimo Sacramento porque de él saldrá el símbolo del Cristo Jesús, el Nazareno.

          Alimentar las aves del cielo, no es un error,  porque ellas necesitan que la mano
          del ser humano les proporcione el sustento.

          Por ello, habrá parte de la tierra que no dé fruto y es lícito que ellos busquen
          donde haya gracia y fruto firme y seguro, como la vid y como el trigo.

          Amaos. Amaos. Amad vuestra tierra. Ella tiembla y el rugir del león la separará
          y dejará a los más débiles al abrigo de la Divina Providencia.

          Abrazad a vuestros hermanos y llenad las arcas
          porque el invierno será frío y con escasez de medios.






      

  
 MENSAJE

(Sino o Destino)


El “destino o llamado también Sino, es el caminar sobre el camino; mejor dicho, ya venimos con el camino a seguir, pero debemos caminar contra viento y marea, hasta llegar al nuevo día.

Es decir; si queremos visitar los Alpes, antes tendremos que tener una preparación exhaustiva y tomar las directrices que nos conduzcan por buen camino, trazando un mapa; pero después, está el azar o destino, donde el libre albedrío juega un factor importantísimo; como cuando se juega al escondite en un gran castillo, con subterráneos, ríos, etc. Pues bien, las sorpresas de los acontecimientos en este viaje transitorio, dependen, en un cincuenta por cien, en el “Sino” o  “destino”,  y en otro cincuenta por cien, en el libre albedrío.

Las leyes cósmicas nos ayudan a superar baches y a levantar lo que otros han dejado por tierra. Si nos uniéramos todos  e hiciésemos justicia sin justicieros, o sea, sin jueces, sólo nosotros mismos, el planeta cambiaría, y la igualdad se asemejaría al Universo infinito, como una gran hermandad: Uno para todos, Todos para Uno. Pero si esto ocurriera, (caso desestimado por mí misma…), dejaríamos de ser terrícolas, y albergaríamos el paraíso que un día no supimos respetar…

Así que, en mi opinión limitada, el destino está hecho, como el castillo, pero tú tienes que navegar por él, pero a pie, poco a poco, no tras el ordenador, virtualmente, y dejándote llevar, sin profundizar sobre ti mismo; e individualmente, creceremos en conocimiento y en amor, haciendo que podamos superar las trampas y elegir nuestros compañeros de viaje, con respeto y con unidad, para no caer en el error de muchos, pues el viaje es sólo un comienzo hacia la recta final, donde sin equipaje y sin compás, de seguro, muchos amigos nos recibirán, y el premio será la paz y el entendimiento universal.

Siglos aún hacen falta para que la Tierra vuelva a la realidad; sólo entonces obtendremos el paraíso terrenal o el Edén dormido…, para un nuevo acontecimiento o despertar de conciencia, que será la Unidad de la Hermandad Universal:

Todos para Uno, Uno para Todos

EL JARDÍN DEL EDÉN, EN "LA NOCHE AL DÍA"



YO ME LEVANTARÉ