4 de agosto de 2020

Jueves 30/07/2020












352. MENSAJE TRICENTÉSIMO QUINGENTÉSIMO SEGUNDO
 (El sufrimiento. Vocación de los grandes místicos)


Alejandrina María da Costa

Alejandrina nació en Balasar, provincia de Oporto y archidiócesis de Braga (Portugal) el 30 de marzo de 1904, y fue bautizada el 2 de abril siguiente, Sábado Santo. Fue educada cristianamente por su madre, junto con su hermana Deolinda.

Cuando comprendió que el sufrimiento era su vocación, lo abrazó con prontitud. Decía:
"Nuestra Señora me ha concedido una gracia aún mayor. Primero la resignación, después la conformidad completa a la voluntad de Dios y, por último, el deseo de sufrir".

A este período se remontan sus primeros fenómenos místicos, cuando inició una vida de profunda unión con Jesús en el sagrario, por medio de María Santísima. Un día que estaba sola, le vino improvisadamente este pensamiento:

"Jesús, tú estás prisionero en el Sagrario y yo en mi lecho por tu voluntad. Nos haremos compañía".

Desde entonces, comenzó su primera misión: "ser como la lámpara del sagrario. Pasaba sus noches como peregrinando de Sagrario en Sagrario. En cada Misa se ofrecía el eterno Padre, como victima por los pecadores, junto con Jesús, y según sus intenciones. En la medida en que percibía de manera más clara su vocación de víctima, crecía en ella el amor al sufrimiento. Hizo el voto de hacer siempre lo que fuera más perfecto.

Amar, sufrir y reparar fue su plan de vida

En su vida hay muchos puntos de semejanza con Teresa Neumann, Marthe Robin, la Beata Anna Catalina Emmerich o San Pío de Pietrelcina. Diariamente, tenía diálogos con Jesús y con la Virgen María. Y al igual que los cuatro santos citados era constantemente asaltada y golpeada por Satanás y los espíritus del Mal.

Del viernes 3 de octubre de 1938 al 24 de marzo de 1942, osea, 182 veces, vivió cada viernes los sufrimientos de la Pasión. Superando su estado habitual de parálisis, bajaba del lecho y con movimientos y gestos acompañados de fortísimos dolores, reproducía los diversos momentos del Vía Crucis, durante tres horas y media. Sus padecimientos llegaban al culmen entre las 12:00 y las 15:00 horas.

"Amar, sufrir, reparar" fue el programa que le indicó el Señor, Desde 1934, por mandato de su director espiritual, ponía por escrito todo lo que le decía Jesús.

En 1936, por orden de Jesús, pidió al Santo Padre la consagración del mundo al Corazón Inmaculado de María.

Esta súplica fue varias veces renovada hasta 1941, por lo que la Santa Sede interrogó tres veces al arzobispo de Braga sobre Alejandrína. El 31 de octubre de 1942, Pío XII consagró el mundo al Corazón Inmaculado de María con un mensaje transmitido a Fátima en lengua portuguesa. Este acto lo renovó en Roma en la Basílica de San Pedro el 8 de diciembre, del mismo año.

A partir del 27 de marzo de 1942, durante los últimos trece años y siete meses de vida, no comió ni bebió nada. Su único alimento era la Eucaristia, cumpliéndose en ella materialmente las palabras del Señor: "Mi Carne es verdadera comida, mi Sangre es verdadera bebida.

Jesús se lo había previamene indicado así:

"No te alimentarás más en la Tierra, Tu alimento es mi Carne.
 Tu sangre mi Sangre, Grande es el milagro de tu vida".
"Hago que tú vivas sólo para Mi, para mostrar al mundo el valor de la Eucaristía,
y qué es Mi Vida para las almas..."

El ayuno total que controlado en un hospital cercano a la ciudad de Oporto, donde Alexandrina quedó aislada durante 40 días y bajo estricta vigilancia por doctores del hospital de la Foz de Douro, cerca de Oporto. Pese a que eran médicos agnósticos debieron concluir que se encontraba ante un hecho absolutamente inexplicable.

En 1944 su nuevo director espiritual la animó para que siguiera dictando su diario, después de constatar la altura espiritual a la que había llegado; ella obedeció con docilidad hasta la muerte. En el mismo año 1944 Alejandrina se inscribió en la Unión de los cooperadores salesianos. Rezó y sufrió por la santificación de los cooperadores de todo el mundo.

A pesar de sus sufrimientos, seguía interesándose e ingeniándose en favor de los pobres, del bien espiitual de los parroquianos y de otras muchas personas que recurrían a ella. Promovió triduos, cuarenta horas y ejercicios cuaresmales en su parroquia.

Especialmente en los últimos años de vida muchas personas acudían a ella incluso desde lejos, atraídas por su fama de santidad; y bastantes atribuían a sus consejos su convesión.

El 8 de enero de 1955 se le anunció que sería el año de su muerte. El 12 de octubre quiso recibir la Unción de los enfermos. El 13 de octubre, aniversario de la última aparación de la Virgen de Fátima se la oyó exclamar: "Soy feliz, porque voy al Cielo". A las 19.30 expiró. Sobre tu tumba hizo poner estas palabras:

" (...) Si las cenizas de mi cuerpo pueden ser útiles para salvaros, acercaos, pasad por encima, pisotead hasta que desaparezcan. Pero, no pequéis más, no ofendáis más a nuestro Jesús.
¡Querría deciros tantas cosas! Para escribirlas todas no bastaría todo este gran cementerio. ¡Convertíos. No ofendáis a Jesús. No queráis perderlo para toda la Eternidad. Él es tan bueno. Basta de pecado. Amad a Jesús. Amadlo!!"

La misión de Alexandrina fue expiatoria y de intercesión. Fue proclamada Beata, el 15 de abril 2004, por el Papa Pablo II.


Presentacion de la vida de la Beata Alexandrina María da Costa

Beata Alexandrina Maria

 MARTHE ROBIN
https://www.youtube.com/watch?v=LTfvKGj5F9Q