24 de abril de 2018

Jueves 19/04/2018















MENSAJE DUCENTÉSIMO TRIGÉSIMO TERCERO
(Los deseos del alma inmortal)


El alma se apaga, pero no muere cuando el deseo del amor no es correspondido.

El alma brilla, cuando el sello del Espíritu Santo lo acoge con ternura y lo eleva a lo más alto. Lo infinito

El alma es como un recién nacido, que busca a su madre, 
para sentirse amada y protegida.


El alma se alimenta del Espíritu Santo y de las buenas acciones.

Cuando un alma brilla es que, desde el infinito, Dios la guía y la protege, por medio del Espíritu Santo .

Alma de Dios, acelera tu purificación. Y llegarás al resplandor, con el brillo de un alma encendida, por el amor Fraterno del Padre. Y el temor desaparecerá, y dejará de atormentarse tu Espíritu libre, pero sereno. Porque, sólo Dios te extiende su mano para no caer, en lo más hondo del desconcierto, entre la falta de entendimiento.

Alma de Dios, sonríe y ve la luz del Resplandor en María, ella protegerá tu caminar descalzo, con su brillo estelar, y tu llanto.

El alma también llora, y su llanto es motivo de discordia, entre los sentimientos que enredan, también, el entendimiento más común. Por ello, la meditación y la reflexión están acordes con la oración, para la gran protección del alma y del espíritu atormentado por las dudas e insabores.

Deja el alma correr por el sendero de la luz del resplandor. Y orad al unísono, para reflexionar con acierto y proteger vuestro entendimiento común, sobre toda situación de duda o resquemor. Y hallarás la gracia divina de dar rienda suelta al llanto, para alcanzar el brillo del alma más alto.


Mix - Javier Solis - Lagrimas del alma

La inmortalidad del alma

El alma existe y es inmortal