23 de enero de 2012

Domingo 2 de octubre de 2011


CUADRAGÉSIMO MENSAJE

( Cuerpo-Mente... )

          

         




 
        El Hombre no conoce su condición humana, porque se limita a ver superficialmente su naturaleza externa, y en estos últimos tiempos, todo lo que ha de venir, es producido por la gran necesidad de volver a sus orígenes ancestrales.
        Cuerpo y mente deben estar unidos, no sólo para el desarrollo práctico, intelectual y racional, sino para el desarrollo de su propio yo condicional, con el yo profundo, o llamado El Todo, Dios, para los que ejercen las religiones monoteístas.
        Hija del alma, tu dolor forma parte de quienes quieren escuchar tu voz, a través de mis dictados. Se adentran en el interior de su conocimiento más profundo, para su desarrollo espiritual, y así perciben todo cuanto esta escrito y dicho.
        Tus lágrimas son rosas, del rosal, que verás en el Paraíso Celestial.
        Tu dolor hace que muchos encuentren el sendero de la luz, y que otros crean, en lo que nunca hubieran imaginado, por tu condición de médium.
        Así es que tu entrega es por el prójimo, y tu saber profundo, lo difundes, pese a tu dolor y disconformidad humana, ya que quieres vivir y sentir como cualquier mortal, pero tu amor por Mi, es tan grande como la luz del sol, y el día que viniste al mundo, no fue por equivocación, tú elegiste ser alma incondicionalmente entregada, al desarrollo del conocimiento del espíritu, a través de ti y de tus circunstancias.
        El Señor Jesús es tu mejor aliado, y debes expandir sus mensajes de amor y de paz.   
        Alma de niña, tu condición supera el límite de tu entendimiento racional, por eso haré cómo tu nombre María Elena Nieves sea oído y visto, de norte a sur y de este a oeste.
        El mundo abrirá sus ojos y tú darás el cien por cien, aunque no puedes entender porque debes sufrir, por algo que tu razón no entiende. Cuando veas mi resplandor latiendo en tu corazón herido, jamás dudarás de tú fusión con el mío.
        Alma de niña, difunde que Dios es amor y que el hombre no da paso, a su condición del ser meramente espiritual, y mortalmente humana, pero la muerte deja el cuerpo corrupto secar,  y el espíritu se adentra en el mundo real.
        No temas tus vértigos, y tu malestar, ni  tú los entiendes, pero es tu ser incondicional, que da amor a fondo perdido. Aún estando consciente, tu espíritu se eleva, para poder dar amor a fondo perdido. 



Padre, Hijo y Espíritu Santo




SALMO 91 - Morando bajo la sombra del Omnipotente