289. MENSAJE DUOCENTÉSIMO OCTAGÉSIMO NOVENO
(Alarmante actividad demoníaca)
Según el Padre Vicent Lampert, exorcista desde hace más de diez años, y párroco en la Arquidiócesis de Indianápolis (India, Estados Unidos), se está produciendo, a día de hoy, un acrecentamiento preocupante de la actividad demoníaca. Es alarmante el creciente número de personas involucradas en rituales satánicos y que se disponen al mal. De hecho, se acercan a los confesionarios, a pedir a los presbíteros que les enseñen a Satanás.
"El problema no es que el diablo haya aumentado su juego, sino que más gente está dispuesta a jugarlo"- dice P. Lampert, señalando diariamente la pornografía desenfrenada, el uso de drogas ilegales y el ocultismo, como algunos de los caminos por donde ingresa el demonio, en la vida de las personas. Si bien, las posesiones demoniacas reales son raras. Lo que le llega con más frecuencia son otros tres fenómenos: infestación, vejación y obsesión.
La infestación demoniaca sucede en lugares, donde el demonio mueve los objetos a voluntad, o provoca ruidos fuertes u olores.
La vejación se produce cuando la persona es atacada físicamente, y puede presentar marcas como: moretones, mordeduras o arañazos, como consecuencia de ésta persecución externa.
La obsesión demoníaca implica ataques mentales repentinos, a veces continuos, como por ejemplo, pensamientos persistentes del mal. La víctima es incapaz de liberarse a sí misma, y por tanto la persona obsesionada vive en un perpetuo estado de postración, de desesperación, e incluso con intentos de suicidio.
Demonio o alma del Purgatorio
En el Credo Niceno pronunciamos: "Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador de todo lo visible y lo invisible". Con el mundo invisible, el símbolo de la fe hace referencia, además de los nueve coros de Ángeles y demonios, a todas aquellas almas que, alguna vez, estuvieron unidas a los cuerpos.
Tras la muerte, el alma pasa al Cielo o al infierno, pero hay algunas que, aun habiendo fallecido, debido a sus imperfecciones, siguen atadas a cosas o personas de la tierra. Es lo que sucedió a la protagonista del siguiente suceso real.
Desde que murió su marido, cosas extrañas sucedían en su casa. Vivía sola, y cuando sus muebles se movían no había a quien culpar. Fue especialmente desconcertante que, una antigua foto de su boda apareciera, una y otra vez, sobre su mesa; pese a que ella, constantemente, la cambiaba de lugar.
El matrimonio había terminado, debido a su infidelidad. Cuando él le anunció que la dejaba por otra, la esposa le maldijo: "¿Púdrete en el Infierno1",volvió a ser la respuesta de ella, pues no tenía intención de perdonarlo, por el intenso dolor que le había causado.
Pero ahora, después de su muerte, parecía que él le hacía notar su presencia. ¿La estaba acosando por venganza? ¿O realmente estaba en el Infierno ahora y la estaba castigando, de alguna forma? Temerosa de que el espíritu del fallecido la acechara, buscó un exorcista en su diócesis para que la ayudase.
Después de evaluar la situación, el Padre Lampert consideró que, el marido estaba en el Purgatorio y necesitaba oraciones: "La convencí para que lo perdonara. Recé por él, junto a ella, y todo se detuvo".
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