20 de diciembre de 2022




Jueves 15/12/2022                                                                                                                                        








   476/ MENSAJE CUADRIGENTÉSIMO SEPTUAGÉSIMO  SEXTO

                                                                        Jueves 8/05/2017

MENSAJE CENTÉSIMO OCTOGÉSIMO OCTAVO
(La frialdad y la indiferencia)

 Como muchos Cristianos, hoy se acomodan a no creer, ni a ver, lo que existe y existirá en el mundo:  La maldad; la indiferencia del dolor ajeno y la frialdad, con que ven el terror, como algo de entretenimiento.

La realidad, del día a día, es vivir en una ignorancia, que es atrevida para los más débiles; y para los más fuertes es huir, de esta realidad.

Los corazones nobles sienten el dolor ajeno y oran, por quienes sufren las consecuencias del horror.

¡Sólo con ignorar no basta! 

Y, se desentienden de todo sufrimiento, quienes sólo quieren vivir el placer y la dicha, de su entorno más próximo.

Alma de Dios, compartir el dolor no excluye al buen cristiano, pero sí, a quienes presumen de ser buenas personas y estar limpias de todo mal. Sólo aquellos que se unen, a quienes sufren y tratan de paliar el dolor, son los llamados Hijos de Dios. Porque, Dios donó la Tierra y el mar, para vivir en Comunidad y Orden. Como para compartir, las Gracias y el sufrimiento, extendiendo las manos a quienes necesitan consuelo, como a quienes necesitan apoyo moral y ético.

Las Guerras son un auténtico alimento del hombre, que odia el bienestar común y fraterno. Las guerras son el resultado de las ganancias, de quienes optan por el horror, lejos de ellos, sin mirar que todos son criaturas de Dios, y que solo Dios puede hacer y deshacer. Porque, Él es quien nos creó, a su imagen y semejanza, en el Espíritu Santo.

El horror se aglutina en las vidas, de quienes creen ser Dios; y que el poder es el único aliado, para hacer y deshacer vidas, como quien juega con el lodo.

Caerán, como castillos de papel, y serán pisoteados sus restos, para alejar la tiranía y el abuso del Poder; lejos de las Manos Unidas, por el amor fraterno del Padre, como del Hijo, así como del Espíritu Santo.

La Oración es el vínculo con Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. La oración ensalza la Gloria del Padre y la Misericordia del Hijo, así como da a Luz, en plena oscuridad el Espíritu Santo. Y la devoción a María nos acerca a Jesús, como nos ayuda, en los momentos críticos, a ser verdaderos Hijos de Dios.

La devoción, a los Santos y Ángeles celestiales, nos protegen en nuestras oraciones, como en nuestro día a día, pues ellos son los grandes devotos, que oran e interceden por nuestros corazones nobles; Como por nuestras faltas y abandonos, para regresar a Dios y ser partícipes de su Gloria.


El Secreto de María

Historia del Santo Rosario

mensaje de Jesús a Faustina rezar la coronilla de la divina misericordia

ORACIÓN A SAN RAFAEL ARCÁNGEL POR LOS HIJOS, LA SALUD Y LA PROSPERIDAD.

Resumen del significado del mensaje
La invocación al Espíritu Santo, nos da la capacidad del entendimiento y de la fuerza de voluntad. No somos nada en un mar de confusión, la desigualdad y la falta de empatía está a la orden del día, y cada vez crece más el individualismo haciendo que no podamos distinguir, lo negro de lo blanco. Invocar al Espíritu de Dios, nos hará entender con humildad los errores propios, y remediar aquello que tanto cuesta, reconocer que debemos ser solidarios con el prójimo, como con nosotros mismos.

Oración al Espíritu Santo
Ven Espíritu Santo, concédeme una verdadera humildad, solo así repararse el estado de mi alma, y podré llegar a Jesús, a través de María en unión con San José. Amén.