20 de junio de 2017

Jueves 15/05/2017









MENSAJE CENTÉSIMO OCTOGÉSIMO NOVENO
(Las impurezas del Alma)


 Como las impurezas del aire, que contaminan al cuerpo y al agua, como a toda vegetación y animal, las impurezas del Alma se adhieren, por no tener el Espíritu alerta, y protegernos del mal ajeno, como de nuestro propio Ego.

Alma de Dios, el Alma necesita aproximarse al Cielo, y vivir en Paz y Armonía. Si tu Espíritu inquieto te hace dudar, y el miedo frena toda posibilidad de crecimiento o de creencia, en el Todopoderoso, el Alma estará confundida; y se frenará su impetu por alcanzar el Cielo, porque se le retiene, a través del Espíritu. Por ello, cuando la muerte sella nuestros labios, el Espíritu va en su busca, y juntos descubren todo el trayecto a seguir, según acciones y comportamientos, como capacidad de Amar, creer en el Padre Celestial; como la búsqueda de conocimiento espiritual, a través del Amor y de la Caridad.

Todos los caminos conducen a Dios, a veces los más tortuosos. Pero, la infinita bondad del Padre hace, que el Hijo sea Misericordioso, y derrame sus gracias a través de María, nuestra y vuestra Madre la Inmaculada Concepción; y también los Santos y Ángeles, como Arcángeles, os dedican Oraciones y velan por vuestro crecimiento, en el Espíritu Santo de Dios, como en el conocimiento, del saber Amar a fondo perdido.

Por ello, la Caridad es el equipaje más seguro, para elevar vuestro Espíritu inquieto, y alcanzar al Alma, para limpiar las impurezas del Alma. Y subir al cielo con el corazón triunfate, por amar a fondo perdido.


                                 LIBRO: "Medjugorje, el triunfo del corazón" de Sor Emmanuel

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