28 de marzo de 2018

Jueves 22/03/2018










MENSAJE DUCENTÉSIMO VIGÉSIMO NOVENO
(El Pilar)


A orillas del Ebro se alza la Basílica del Pilar, uno de los santuarios más importantes del mundo católico. La Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad, es venerada por miles de peregrinos y gentes venidas de todos los rincones. Dada su condición de santuario urbano, situado en el mismo centro de Zaragoza, el Pilar es parada obligada para todo aquel que visita la ciudad. 

 Según la tradición, descrita por vez primera en el siglo XIII en el códice de las Moralia, in Job de Gregorio Magno, la aparición de la Virgen María en Zaragoza se produjo el 2 de enero del año 40, cuando ésta vivía junto al apóstol Juan en Éfeso.

El comienzo de la Cristiandad, en España, la encabezó Santiago. La Virgen le dijo que fuera a España, para su apostolado. Santiago había conseguido un grupo muy reducido de siete conversos. Y en su desánimo, por su sentimiento de fracaso oró junto al Ebro en actitud de súplica, apareciendo la Virgen, en carne mortal con el Pilar, rodeada de Ángeles, consiguiendo sosegarlo.

Además, le entregó una figura. Una talla de ella misma junto al niño en brazos, de unos treinta y seis centímetros. Le dijo que se construyera un templo, en ese mismo lugar, para su veneración. Por el que se concederían diversas gracias, asegurando su permanencia hasta el fin del mundo. 



España está protegida por nuestra madre celestial, desde el Pilar. Donde las curaciones siguen siendo puestas de manifiesto. La mayor parte de los milagros atribuidos a las Virgen del Pilar fueron recogidos por don Felix de Amada quien en 1680.





 La mayor parte de estos milagros son curaciones: Inválidos que vuelven caminar, ciegos que recuperan la vista y enfermos que sanan repentinamente. Algunas incluso se produjeron en la misma Santa Capilla. Las hay de todo tipo de enfermedades, incluso de cáncer. Es el caso de un hombre rico vecino de Lanaja. 

Cuenta la historia que buscando remedio a su enfermedad fue de médico en médico, hasta llegar a Roma. Allí, un doctor enterado que era aragonés, le recomendó como solución encomendarse a la Virgen del Pilar. Así lo hizo el hombre, y al día siguiente sanó milagrosamente.

 Quizá el más famoso de todos ellos, por la enorme repercusión que tuvo en su época, sea la curación de la reina Blanca de Navarra. Según se cuenta, la reina murió víctima de una terrible enfermedad. Estuvo muerta durante más de tres horas y, repentinamente, en presencia de todos sus familiares, se levantó y pronunció estas palabras: 

¡Santa María del Pilar!
 Bendita seáis, 
pues me habéis guardado y tornado 
de muerte a vida”. 

Según declaró después, la Virgen del Pilar se le había aparecido, en el tránsito hacia la muerte y con voz dulce le dijo:

“Sirvienta mía doña Blanca, 
arrimaos a este Pilar mío y tendréis salud”. 

 Y así lo hizo, pues doña Blanca llegó a Zaragoza en peregrinación, para ofrecer una novena a la Virgen y fundó la Orden de caballeros y damas de Nuestra Señora del Pilar cuyo lema desde entonces es precisamente:  “A ti me arrimo”.

Junto al anterior, cabe destacar otro milagro que la Iglesia certificó como milagro contrastado. Y hasta un notario dio fe de ello: El Milagro de Calandra. Un joven había recuperado la pierna tras un reparador –y milagroso sueño–, dos años y medio después de que hubieran tenido que amputársela tras sufrir un fatal accidente. Ocurrió hace 375 años en Calanda (Teruel) y cada año se rememora solemnemente como día grande de esta localidad.



La Virgen del Pilar y el Milagro de Calanda

Historia de Santiago Apóstol

Himno de la Virgen del Pilar
https://www.youtube.com/watch?v=WDS4IuGECNA