MENSAJE DUCENTÉSIMO VIGÉSIMO
(Las largas praderas)
En el olvido quedarán las largas praderas, donde la vida vibra con grande entusiasmo e intensidad.
Hermanos, no dejéis de luchar por mantener el equilibrio del ecosistema, porque la tierra sufre el bramido del dragón. Y Éste expulsa fuego sin piedad, y en silencio.
Todos sois consciente de este infortunio. Y todos podéis decir: ¡Basta ya! Y poner empeño en frenar el desecho de grandes superficies, que vagan como tierra de nadie. Y es allí, donde se pueden fomentar el cultivo y el desarrollo sostenible, para toda una ciudad.
Con las manos limpias se recupera lo que está desecho. Y se pueden realizar logros, que muchos darán por sueños inalcanzables.
Recuperar la fe y la constancia, en el empeño de una vida mejor, y más saludable para vosotros y para vuestros hijos. Y la Historia os contemplará como verdaderos Hijos de Dios. Que luchan por una causa justa.
¡Mantened el equilibro entre el Cielo y Tierra!
Y no participéis en lo que no es lícito para ningún mortal.
¡Abrid vuestras manos y uniros en la igualdad del Amor Universal!
Para el bienestar de vuestro planeta la Tierra.
Amigo que Nunca falla
Sólo Dios puede ver más allá de las fronteras. Y por mucho esconder la mano, Él la abrirá para dar testimonio de su verdad Absoluta.
Amaos Unos con los otros,
y el viento huracanado
se cerrará en vuestras propias manos.
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