2 de mayo de 2017

Jueves 27/04/2017







MENSAJE CENTÉSIMO OCTOGÉSIMO SEGUNDO
(San José, Padre Nutricio del divino Salvador)


San José, casto esposo de María; de la Iglesia, protector. Desde vuestro excelso trono, nuestra plegaria escuchad: Salvad a la Iglesia y al mundo; y al infierno, encadenad. Del mundo afligido, oíd el clamor. Romped sus cadenas; Templad su dolor.


¡La sombra de errores, cual Sol, disipad!
Y la fe del mundo, pronto restaurad. 


El Santo Varón, que a su anciana edad, tomó a María, la Inmaculada Concepción, como esposa, por la Redención de toda la humanidad.

¡Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea!

El Padre tomó como Pura y exenta, del pecado original, a María. Y, aunque muchos estudiosos, incluso de Teología, lo ponen en entredicho, Ella es la Madre que nos llenó de Luz y de Esperanza, para la culminación de los tiempos.

La Reina de la Paz, corresponsal del Cielo en la Tierra, y gran difusora de la Fe en el Cristo, Jesús, su unigénito, que vino al mundo para salvarnos de la iniquidad total y absoluta.

¡Venerad a vuestra Madre del Cielo!

Porque, es la antorcha encendida en plena oscuridad y, sin su amor materno, jamás podríamos alcanzar el nuevo amanecer, con Jesús.

¡Bendito el que viene, en nombre del Señor!


ORACIÓN A SAN JOSÉ, POR EL EMIGRANTES

Glorioso Patriarca San José que,
en compañía del Divino Jesús y de tu esposa María Santísima,
conociste las amarguras de la emigración
en tu destierro a Egipto.

Acompaña por los caminos del mundo
a los innumerables hermanos nuestros que, fuera de su Patria,
luchan por superar las dificultades de una vida
muchas veces angustiosa y heroica.
Vela por su Fe, Alienta su Esperanza.
Consérvalos firmes en su Amor a Dios.
Bendice, con la abundancia que necesitan,
el mérito de su partida y los esfuerzos de su trabajo.

Aprovecha el sencillo caminar de sus vidas,
para estrechar entre todos los pueblos
los vínculos de una verdadera fraternidad cristiana.

Haz que encuentren corazones generosos que les ayuden.
Haz que sean agradecidos a los que les acogen
y fieles a los que les lloraros al partir.
Y alcánzanos, oh José, el premio de una paz cimentada
en la justicia social cristiana,
y el gozo de una Patria eterna compartida por todos,
en el abrazo del Padre, que está en los Cielos.
Amén.

Reflexión:

"Las puertas eternas se abren, y la Madre de Dios entra. Apenas la ven los beatos, sorprendidos por su hermosura, salen todos a su encuentro, la saludan y la honoran con los títulos más significativos  se postran a sus pies y le dan preciosos regalos, la proclaman al unísono Reina"

(Padre Pio- Epist. IV p. 1126)


Reflexión del Padre Pío sobre la ORACIÓN

JOSE EL CARPINTERO/original

"MARÍA REINA DE LA PAZ " MEDJUGORJE/BOSNIA -HERZEGOVINA