12 de abril de 2017

Jueves 6/04/2017










MENSAJE CENTÉSIMO SEPTUAGÉSIMO NOVENO
(La parada cardíaca)


Actuar con consciencia y determinación puede salvar vidas.

La parada cardíaca puede ser motivo de muerte súbita. Pero, en ocasiones, es un alarma para ser auxiliado, por quienes comprenden, que el sujeto se halla en un estado grave de salud.

Es muy importante los primeros auxilios, como relajar al enfermo; y acudir a los medios de primeros auxilios, como llamadas de asistencia sanitaria urgente.

Cuando el sujeto está en un estado de opresión y falta de aire, el masaje cardíaco y la respiración asistida es el mejor apoyo, mientras el personal sanitario llega, para la segunda fase de dicha parada cardíaca.

El Alma toma conciencia, de su posible fin en el cuerpo físico. El Espíritu de ambos se libera, cuando comienza la segunda fase, de esta parada cardiovascular. Y, procede a reconocerse a sí mismo y a las personas que le asisten; como, oye perfectamente lo que dicen. Y siente flotar, fuera de su cuerpo físico, sin ningún temor, hasta que es reanimado y devuelto de nuevo, a la vida.

El estado de conciencia del sujeto es totalmente libre, antes del retorno a la vida. Y es cuando toma de nuevo su cuerpo físico, su conciencia comienza con alteraciones, dolor precordial, miedo, falta de oxigenación y sensación de abatimiento total. Por ello, la falta de conciencia libera temporalmente los síntomas, que preceden al regreso de la muerte clínica.

El Alma reposa, una vez que el Cuerpo y el Espíritu se reaniman. 
Y, luchan por seguir vivos.

Las oraciones y arrepentimientos, de culpas o faltas pendientes, son importantes en este proceso adverso de la muerte clínica o experiencia post mortem.

La muerte súbita, sin arrepentimiento, ni conciencia de la misma, es del todo contraproducente. Porque, el Espíritu debe partir, con el Alma consciente, de su viaje etéreo; para establecer los lazos del amor fraterno con Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

Meditar es un ejercicio muy saludable; para la reflexión de los comportamientos más inadecuados, hacia nosotros mismos, como hacia los demás.

El Cristo, Jesús de Nazaret, nos enseñó el Padre Nuestro y a alzar las manos, en actitud de súplica, porque somos seres inferiores. Y, ante Dios, el Alma debe estar consciente, de todo su bagaje vital en la Tierra. Y así, el Espíritu Santo nos abrirá el entendimiento, por más pobre y obtuso que éste fuera, para liberarnos del mal propio y ajeno.

Esta Semana Santa es propicia para reflexionar, sobre el comportamiento del Ser y sus consecuencias. Jesucristo se entregó, para darnos la oportunidad de vivir eternamente, en Dios Padre, como en él mismo, a través del Espíritu Santo de ambos.

Las vacaciones ocasionales no están reñidas, con los momentos vitales de reflexión y de una conducta más afín, con la moral y la ética.




Increíbles Evidencias de La Vida Después de la Vida  

AL MORIR PUDO VER A....(experiencia cercana a la muerte)

MURIÓ DE UN INFARTO Y VISITÓ EL...

ERA ESCÉPTICA, AHORA ASEGURA QUE HAY VIDA DESPUÉS DE MORIR