TRIGESIMOPRIMER MENSAJE
( El verdadero conocimiento... )
El verdadero conocimiento está en el infinito amor del Padre, como del Hijo, así como del Espíritu Santo.
La verdadera razón del Ser, es conocer su luz iluminando todo el espacio y entregando la sabiduría del amor infinito por todo el Orbe.
Alimentáis las ilusiones en base a la consciencia colectiva, pero el alma es independiente. Por ello, tú eres diferente y no comprenden tus ilusiones, ni tu sentir tan profundo.
La sabiduría ilumina el entendimiento más común y pequeño, poniendo en gran debate la existencia de Dios y su infinita benevolencia para con los que como tú, dais el millón por uno; pero no confiáis en lo que veis, porque sólo veis con ojos humanos. Cuando veis con el espíritu, como ahora, sólo así, sabéis que sois parte de Mi Amor profundo y que sois criaturas Celestiales en el destierro de este peregrinar hacia el retorno absoluto. Volver a vuestra condición Celestial.
Son pocos los que merecen ser vistos u oídos, pero por cada uno que salde sus errores del pasado, la intensidad de la Luz crece y su color es más firme, como la Luz lila.
Luces, colores y sonidos es el TODO, en plena armonía.
Ríos, mares, vegetación, animales.
También en el Cielo colman de gracias a quienes son bienvenidos por la Luz.
Y la Luz les infunde el son majestuoso de ser amados
en la absoluta Unidad.
El ETER,
lugar de vida, lugar de paz y de bien
para dar Gloria a Dios y a sus criaturas Celestiales.
Como Ángeles seréis bienvenidos.
ORACIÓN POR LA PAZ DEL MUNDO
Gloria al Padre, como al Hijo, así como al Espíritu Santo.
Señor da rienda suelta al Amor Universal para frenar el mal ajeno que acecha y peligra el mundo. Ten compasión de los infelices y de los que dañan gravemente el equilibrio Universal.
Padre que estás en los Cielos, abre Tu Corazón Infinitamente Misericordioso para poder liberar del mal ajeno a todos los que son merecedores de Tu Gloriosa Misericordia.
Protege a todos los que creemos en Tu Divina bondad, nuestros hogares y a nuestros descendientes.
Abre Jesús las escaleras hacia la Luz Lila, para que nos cubramos bajo el Manto de María y así no ser afectados por las secuelas de esta guerra cruel y despiadada. Así como te pedimos luz propia, para saber dirigir nuestras vidas, siempre unidos en el amor al prójimo como a nosotros mismos, por tu imagen y semejanza en el Espíritu Santo.
Así sea.
Droga, viaje sin regreso - Parte 6 de 8
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