26 de agosto de 2020

Jueves 20/08/2020











355. MENSAJE TRICENTÉSIMO QUINGENTÉSIMO QUINTO
(El Padre James Manjackal)


El Padre James Manjackal nació el 18 de Abril de 1946 en Cheruvally, localidad del distrito de Kottayam (Kerala), al suroeste de la península Índica. A los 27 años fue ordenado sacerdote católico de la Congregación de los Misioneros de San Francisco de Sales (MSFS). Manjackal fundó en Kerala, en 1989, un cenro carismático de retiros "Charis Bhavan", siendo su director y superior durante 6 años. Actualmente, el Padre Manjackal reside en Bangalore y continúa con su ministerio evangelizador.

Testimonio personal sobre su experiencia con el Paráclito (Espíritu Santo, consolador de los fieles)

Desde niño, había escuchado a mi madre en casa por la tarde, al empezar la oración familiar, que duraba entre hora y horas y media, rezar al Espíritu Santo. Después, en el Seminario, había siempre una oracón o un himno al Consolador de los fieles, al principio de las clases y de los eventos importantes. Esto es todo lo que yo sabía en el pasado, sobre la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.

En mi curso de Teología no hubo ni siquiera una enseñanza o una tesis sobre el Paráclito. Por supuesto, sabía por el Catecismo lo que la Iglesia enseña sobre El Gran Desconocido, pero nunca había tenido una experiencia de Él hasta que un joven carismático rezó para que me curara de una tuberculosis.

Después, de mi ordenación como sacerdote el 23 Abril de 1973, trabajé cerca de un año en las Misiones de Visakhapatnam (costa sudeste de la Índica) y después fui asignado como profesor en el seminario de Ettumanoor (Kerala).

En 1975, dos años después de mi ordenador, leí en la revista americana New Covenant unos interesantes artículos sobre sanaciones y don de lenguas. Como mi mente estaba llena de orgullo y prejuicios con mis conocimientos de Filosofía y Psicología, me burlé de lo que había leído sobre el don de lenguas, considerando que se trataba de quejidos histéricos femeninos.

"En lo profundo de mi corazón empecé a desear
 y a tener sed del Espíritu Santo"

Estuve en dos hospitales durante más de cuatro meses, y me sentí seriamente enfermo por primera vez en mi vida. No podía comer debido a los dolores en mi estómago. No podía decir Misa de pie, así que solía decirla desde mi cama, con la ayuda de algunos otros sacerdotes. Viendo mi dolor y mi estado, muchos pensaron que no sobreviviría. Al final, el diagnóstico fue tuberculosis, además de piedras e infecciones. Me sugierieron inyecciones y un tratamiento por dos años, tras una intervención.

"No quería que un Pentecostal (fiel creyente en la Trinidad)me impusiera las manos a mí, presbítero de la Iglesia Católica".

(Presbitero: Hombre que ha recibido la tercera de las órdenes sacerdotales mayores que otorgan las iglesias católica, ortodoxa y anglicana y que tiene entre sus funciones principales celebrar misa, anunciar el Evangelio, administrar los distintos sacramentos (excepto la confirmación) y orientar espiritualmente a sus fieles.)

El Séptimo día de haber empezado el tratamiento, me ocurrió algo muy grande, que cambió mi vida. Por la tarde, después de mi siesta acostumbrada, cuando conversaba desde mi cama con dos religiosas que vinieron a visitarme, un joven de unos veinte años vino hacia mí y me pidió que le permitiera orar sobre mí, por mi sanación.

En esos momentos, la Renovación Carismática no era conocida ni difundida en Kerala, ni siquiera los sacerdotes solían orar por la sanación. Eran más bien los Pentecostales los que solían hacerlo. Yo no quería que un Pentecostal me impusiera las manos a mí, presbítero de la Iglesia Católica.

Cuando le pregunté por su identidad, me dijo que hacía sólo ocho meses que había encontrado al Señor y recibido el bautismo, que estaba dotado con muchos carismas del Espíritu Santo. Entonces, no pude creer que fuera el mismo Espíritu de Verdad quien le dijese, mientras viajaba en autobús, que viniera al hospital a rezar por mí. No nos habíamos conocido antes.

El joven no esperó a que le diera permiso para imponerme las manos, pero al terminar de compartir su testimonio, impuso sus manos sobre mi cabeza y comenzó a orar:

- "Padre en el Cielo, envía a tu Hijo Jesús a este sacerdote que sufre de tuberculosis en el riñón y retitúyele su salud completa de cuerpo y alma."

Entonces, me vino a la mente, que él podía haber visto la cartilla del hospital en donde estaba escrito un informe de mis enfermedades. No sabía por entonces que él estaba orando con el don de la palabra y del conocimiento. Exclamó varias veces alabanzas a Dios y otras veces oraba también en lenguas. Sentí una especie de poder que iba de sus manos hacia mí. Entonces, empecé a conocer el poder de la alabanza y de la oración proclamadas en voz alta. En el retiro no puede apreciar las oraciones ruidosas con alabanzas en voz alta.

De repente pensé en la oración del mendigo ciego. Bartimeo: Jesús, hijo de David, ten compasión de mí. Aunque los discípulos intentaron hacerlo callar, él continuó gritando aún más fuerte. Entonces, Jesús lo llamó a su lado y le concedió su petición (Mc 10, 46-52).

También, los apóstoles en los tiempos de la primera persecución levantaron sus voces a Dios oraron (Hch 4, 24-31). Fuí completamente curado todo mi escepticismo sobre las oraciones estruendosas y empecé también a orar con él, con alabanzas fuertes.

Ruptura del yo interior mediante el poder de la Palabra de Dios.
La oración contemplativa como puro don del Espíritu Santo

Dios no me abandonó en mi desesperación. Era la primera vez en mi vida que veía al Señor resucitado caminando hacia mí en plena luz.

Su rostro resplandecía. Sus ropas brillaban. Estaba rodeado de muchos ángeles. Podía escuchar su melodiosa música.

Puso Sus manos sobre mi hombro, y me convertí en muy pequeño delante de Él. Me habló muy claramente:
- "James, tú eres mi sacerdote desde siempre. Incluso cuando Yo fui concebido en el vientre de Mi Madre (vientre de María) tú estabas ahí como un sacerdote, compartiendo Mi Sacerdocio eterno. Yo te perdono todos tus pecados y te hago completamente nuevo."

Desperté de mi suelo cuando una enfermera me llamó por mi nombre. La ví delante de mí con las inyecciones y los comprimidos. Con mucha alegría le dije que había tenido una profunda experiencia con Jesús y que estaba curado.

Cuando ella se marchó de la habitación, estaba alabando a Dios con una voz muy extraña, sentía que mis palabras eran acalladas, y que el Espíritu Santo me daba otro lenguaje y otras palabras cuyo significado era ininteligibles para mí. El mismo don de lenguas, el cual yo no había querido, me fue dado por el Señor.

"Desde entonces, hasta el día de hoy, he empleado solamente mi tiempo en predicar Su Palabra".

Desde el 17 de Febrero de 1976 cuando prediqué mi primer retiro carismático, probablemente el primer retiro carismático en Kerala predicado en malayo, hasta ahora he empleado solamente mi tiempo predicando Su Palabra. Mis superiores afectuosamente, me ofrecieron entonces varias oportunidades para ir a Alemania o a Roma para efectuar mi doctorado, pero las rechacé porque el Espíritu me dijo:
-Yo soy suficiente para ti. El que pone la mano en el arado y mira atrás, no es apto para el Reino de Dios. (Lc 9,62).

"Invocad al Espíritu Santo y os salvaréis" S. Nicolás de los Arroyos (Argentina), 12 de diciembre 1983.



02 - Cura Interior - Pe James Manjackal - Fátima Consolata Nov 2011

Jesucristo Sana Hoy - Padre Emiliano Tardif - Predica Catolica Carismatica

Oración de Sanación l Padre Emiliano Tardif