MENSAJE CENTÉSIMO NONAGÉSIMO
(Los círios encendidos)
¡Alabado sea el Señor, Dios del Universo!
Llenos están los cielos, y la Tierra de su Gloria.
¡Hossana, Hossana!
Bendito el que viene, en el nombre del Señor
¡Hossana, Hossana!
Y las agujas del reloj dejarán de marcar los segundos, como el aire se parará. Y el silencio abrirá un espacio abierto a la meditación y a la Oración. Como los animales, también escucharán el silencio.
Y el hombre cambiará sus conciencias. Y reflexionará, ante tal majestuosidad. Porque, el silencio total y absoluto cubrirá todo el orbe, de norte a sur, como del este al oeste.
Y en el silencio más profundo, el hombre comprenderá cuán pequeño es su mundo, ante tan grandiosidad. Y tomará conciencia de su pobre Espíritu, y de su condición humana, al servicio de su Creador. Para obedecer las leyes divinas, de nuestro Dios, Único y Verdadero.
Santos vendrán, con ejércitos de Ángeles, para paliar el desorden antes de la iniquidad.
Y el silencio se impondrá, por la voluntad del Todopoderoso, que reinará hasta el fin de sus días y de sus noches.
¡Alabado sea el Señor Dios!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Aleluya, Aleluya, Aleluya!
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