18 de febrero de 2015

Jueves 12/02/2015





MENSAJE SEXAGÉSIMO SÉPTIMO
(El don divino de los ángeles y de los santos)



Colmarás tus sentimientos nobles en el próximo viaje a Medjugorje.

Todo corazón noble atrae la buena voluntad de quienes dudan y necesitan el cobijo espiritual.

Todo corazón noble sufre por dar amor a fondo perdido.

Pero el tiempo será testigo que tu labor alcanzará cotas más elevadas para dar el testimonio de que Dios es amor.

Como tu difunta madre, en sus últimos suspiros, te dejó clara su visión y su transcendencia, despidiéndose de ti con un beso dulcemente amoroso, agradeciéndote los cuidados últimos de su final, con verdadera entrega y devoción.

Alma de niña, todo volverá a su cauce y debes estar preparada para luchar por la fe firme, que tanto y tantos, quieren destruir.

Amarás al prójimo como a ti mismo, aún sin comprensión, les darás la mano, y tu corazón arderá de luz y de esperanza, por los que como tú, dudáis de vuestra resistencia en esta fiel labor, como corresponsal entre el Cielo y la Tierra.

Caminante, no existe camino sin andar, pues el yugo que pesa, deja al caminante, sin aliento y sin descanso al andar.

Caminando con la fe firme, hace que el sendero sea más certero, y el yugo pese menos al andar, porque el aire limpio, minimiza el camino al andar, y las pisadas firmes, no dejan resbalar para no caer en falsos testimonios, ni en la iniquidad de quienes no saben andar, sin ser ligeros de peso, y pisar bien al caminar.

Andar despacio, es sabiduría bien entendida, quien corre ante el peligro, es un error sin antes analizar el camino, sin andar despacio para sopesar, las circunstancias de un buen caminar.

Caminante, no hay camino, no existe el camino, para quien no sabe andar.

Andar en un camino, es llegar a la recta final.

El don divino de los ángeles, ayudan a caminar, cuando el sendero de la luz, traspasa todo corazón herido, por falta de comunicación verbal, y por toda buena intencionalidad de quienes no quieren caminar, con las manos extendidas, para alzarlas y glorificar al TODO PODEROSO, por su don divino de ser protegido ante la iniquidad. 

Los ángeles compañeros del camino, donde los santos dejan su despertar más profundo por los demás, con sus santas oraciones, nos ayudan a llegar a la verdad y a la lucha por ganar, hasta la recta final.


San MIGUEL ARCANGEL, Principe de la milicia Celestial

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