26 de diciembre de 2018

Jueves 20/12/2018














268. MENSAJE DUCENTÉSIMO SEXAGÉSIMO OCTAVO
(María, modelo de todas las virtudes)


La Inmaculada Concepción, significa que María posee "plenitud de gracias", según las palabras que el Ángel Gabrielle dijo en la Anunciación (Lc 1,28) y repetimos en el AVE MARÍA.

Dijo San Agustín: "Como el mundo era indigno de recibir al Hijo de Dios, inmediatamente  de manos del Padre, se lo entregó a María para que el mundo lo recibiese por medio de Ella".



Dios Padre dio al mundo a su hijo Unigénito,
solamente por medio de María.

María la nueva EVA, es el paraíso terrenal del nuevo Adán, donde se encarnó Jesús, por obra del Espíritu Santo.



María es la Hija predilecta de Dios Padre.
María es la madre del Hijo.
María es la Esposa del Espíritu Santo.

Por eso, El Espíritu Santo cuando más encuentra en un alma a María, su querida e indisoluble esposa, tanto más se derrama en esa alma.

Como dice El Apóstol Pablo: "Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el corazón del hombre comprendió..."(1 Cor 2,9),  las bellezas, las grandezas y las excelencias de María, milagro de los milagros de la gracia, de la naturaleza y de la gloria.

Aquí aparece claro que ese "Dios bendito por todos los siglos" desciende de María, no seguir la divinidad, sino seguir la carne o naturaleza humana.

Santo Tomás afirma esta verdad; se debe afirmar que la Santísima Virgen es Madre de Dios, no porque sea madre de la divinidad, sino porque lo es según la humanidad, de una persona que posee a la vez "la humanidad y la divinidad".

María la Madre de Dios es aquel Gran Prodigio del Apocalipsis; " La mujer vestida de Sol" (ap. 12,1), objeto de alabanza para los padres y doctores de la Iglesia.

Dice San Jerónimo: "Llena de gracia, llena de Dios, llena de virtudes, no puede dejar de poseer plenamente la gloria de la claridad eterna, que ha recibido en toda su plenitud para llegar a Madre del Salvador".


María pisa la cabeza a Satanás.

"Dios dijo a la serpiente: Porque tú has hecho esto...pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella (la Mujer y su descendencia) te pisará la cabeza, mientras tú (serpiente diabólica) herirás su talón". (Gen 3,15)

Pio X nos dice en su encíclica. "Ad diem illium" (1904);: "Nos llamamos hijos de María; Ella es madre de todos nosotros en sentido espiritual, más verdadero, madre verdadera de los miembros de Cristo, que somos nosotros".


La Santidad de María.

La santidad consiste en participar en la vida de Dios, en la trasformación del alma en Dios, en llegar a ser una verdadera imagen y copia d Dios.

Dios se enamora por completo de las almas humildes y se comunica y se entrega a ellas sin reserva.La humildad de la Virgen fue la que atrajo a Dios a sus purísimas entrañas, Ella lo proclamó así en el Magníficat; "porque se fijó en su humilde esclava" (Lc 1,47)

El Espíritu de Oración; orar es levantar el corazón a Dios, es ponerse en comunicación con Dios y conversas con Él. La Santísima Virgen María pasaba gran parte de su vida en oración.

María es corredentora, porque se unió perfectamente  a Jesús, único Redentor, desde su Concepción hasta su Muerte en la Cruz.



La Redención es, ante todo, un Misterio de Amor de Dios, a los hombres.

María es distribuidora de todas las gracias. Ella es el canal por el que fluyen hasta nosotros cuantas gracias manan de la Pasión de Jesús.





Oración del Papa Francisco a la INMACULADA CONCEPCIÓN de MARÍA


Frases de San Agustín


Conversión de Saulo (el apóstol Pablo


Frases célebres de Santo Tomás de Aquino



Vida de San Jerónimo.mpg



San Pío X, el papa que “murió de pena” al ver que comenzaba la I Guerra Mundial | Vaticano


Magnificat















18 de diciembre de 2018

Jueves 13/12/2018


















MENSAJE DUCENTÉSIMO SEXAGÉSIMO SÉPTIMO
(El poder de la Cruz)

Visiones de Santos



SANTA FAUSTINA KOWALSKA (1905-1938)

Dice en sus escritos autobiográficos: “Un día vi a mi ángel custodio, que me ordenó seguirle. En un momento me encontré en un lugar nebuloso lleno de fuego y en él una multitud de almas sufrientes. Éstas rezan con fervor, pero sin eficacia para ellas mismas. Solamente nosotros podemos ayudarlas. Y les pregunté a aquellas almas cuál era su mayor sufrimiento. Me contestaron unánimemente que su mayor sufrimiento es la añoranza de Dios (el gran deseo de amarle). Oí una voz que me dijo: Mi misericordia no quiere esto, pero lo exige mi justicia” (1,7).


“Una noche vino a visitarme una de nuestras hermanas difuntas, que ya había venido alguna vez anteriormente. Cuando la vi la primera vez, estaba en un estado de gran sufrimiento. Después, la he visto en condiciones cada vez de menos sufrimiento. Y en esta oportunidad, la vi resplandeciente de felicidad y me dijo que estaba ya en el paraíso” (Cuaderno II N°57). “Otra noche vino a yerme Sor Dominica y me hizo entender que estaba muerta. Recé mucho por ella. A la mañana siguiente el Señor me hizo entender que todavía sufría en el purgatorio. Recé dos días por ella. Al cuarto día vino a decirme que todavía le faltaban algunas oraciones. Y seguí orando hasta su completa liberación” (10-11-1937).


TERESA NEUMANN
(1898-1962)
 

 Estigmatizada alemana, se cuenta que, muchas veces, se le aparecían las almas del purgatorio para pedirle ayuda. Un día se le apareció el párroco de su infancia, que la había bautizado y dado la primera comunión. El 23 de noviembre de 1928 ayudó a salir al último párroco católico de Arzberg antes de que se introdujera allí el protestantismo. La noche del Corpus Christi de 1931, se le apareció su madrina Forster, muerta recientemente, Teresa rezó por ella y la vio brillante subiendo al cielo.


SANTO P. PÍO
(1887-1968)
 
Un día de otoño de 1917, estando solo, rezando el rosario, se adormiló junto al fogón del convento y, al despertar, vio junto a sí a un anciano envuelto en un capote. Al preguntarle qué hacía allí y quién era, le respondió que había muerto quemado en ese convento y quería descontar allí su purgatorio. El P. Pío le prometió rezar por él. Un día le contó este suceso al P. Paolino y éste fue al municipio a ver los registros y encontró que, efectivamente, estaba registrado el nombre de un anciano, que había muerto quemado en aquel convento. El muerto era Mauro Pietro (1831-1908).

Otro suceso lo refiere el cronista provincial de los Padres capuchinos de la Provincia de Foggia con fecha 29 de febrero de 1937. Dice así: “El día 29 de diciembre de 1936, el P. Jacinto de 5. Elías se acercó a San Giovanni Rotondo para visitar al R Pío y le recomendó que rezara por el P. Giuseppantonio, porque estaba muy grave. El día 30 a las 2 p.m. el P Pío vio en su habitación al P. Giuseppantonio y le dice. ¿Me han dicho que estás gravemente enfermo y estás aquí? Entonces el P. Giuseppantonio, haciendo un gesto le dice: Eh, ahora ya se me han pasado todas mis enfermedades. Y desapareció “. Esto se lo contó el P. Pío al Padre provincial P. Bernardo, quien firma esta crónica junto con el cronista, P. Fernando de San Marcos in Lamis.


VISIÓN DEL INFIERNO DE SANTA TERESA DE JESÚS

1. Después de mucho tiempo, que el Señor me había hecho ya muchas de las mercedes que en otra parte he dicho, y otras muy grandes, estando un día en oración me hallé en un punto toda, sin saber cómo, que me parecía estar metida en el infierno. Entendí que quería el Señor que viese el lugar que los demonios allá me tenían aparejado, y yo merecido por mis pecados. Ello fue en brevísimo espacio; mas aunque yo viviese muchos años, me parece imposible olvidárseme. Parecíame la entrada a manera de un callejón muy largo y estrecho, a manera de horno muy bajo y oscuro y angosto. El suelo me pareció de agua como lodo muy sucio y de pestilencial olor y muchas sabandijas malas en él. Al cabo estaba una concavidad metida en una pared, a manera de una alacena, adonde me vi meter en mucho estrecho. Todo era deleitoso a la vista en comparación de lo que allí sentí. Esto que he dicho va mal encarecido.
 


2. Esto otro me parece que, aun principio de encarecerse como es, no le puede haber ni se puede entender; mas sentí un fuego en el alma que yo no puedo entender cómo poder decir de la manera que es. Los dolores corporales tan incomportables, que con haberlos pasado en esta vida gravísimos, y, según dicen los médicos, los mayores que se pueden acá pasar (porque fue encogérseme todos los nervios cuando me tullí, sin otros muchos de muchas maneras que he tenido, y aun algunos, como he dicho, causados del demonio), no es todo nada en comparación de lo que allí sentí y ver que habían de ser sin fin y sin jamás cesar. Esto no es, pues, nada en comparación del agonizar del alma, un apretamiento, un ahogamiento, una aflicción tan sensible y con tan desesperado y afligido descontento, que yo no sé cómo encarecerlo. Porque decir que es un estarse siempre arrancando el alma, es poco; porque aún parece que otro os acaba la vida, mas aquí el alma misma es la que se despedaza. El caso es que yo no sé cómo encarezca aquel fuego interior y aquel desesperamiento sobre tan gravísimos tormentos y dolores. No veía yo quién me los daba, más sentíame quemar y desmenuzar, a lo que me parece, y digo que aquel fuego y desesperación interior es lo peor.


3. Estando en tan pestilencial lugar, tan sin poder esperar consuelo, no hay sentarse, ni echarse, ni hay lugar, aunque me pusieron en éste como agujero hecho en la pared, porque estas paredes, que son espantosas a la vista, aprietan ellas mismas, y todo ahoga, no hay luz, sino todo tinieblas oscurísimas. Yo no entiendo cómo puede ser esto, que con no haber luz, lo que a la vista ha de dar pena todo se ve. No quiso el Señor entonces viese más de todo el infierno; después he visto otra visión de cosas espantosas; de algunos vicios el castigo. Cuando a la vista, muy más espantosos me parecieron, mas como no sentía la pena, no me hicieron tanto temor; que en esta visión quiso el Señor que verdaderamente yo sintiese aquellos tormentos y aflicción en el espíritu, como si el cuerpo lo estuviera padeciendo. Yo no se como ello fue, mas bien entendí ser gran merced y que quiso el Señor yo viese por vista de ojos de dónde me había librado su misericordia. Porque no es nada oírlo decir, ni haber yo otras veces pensado en diferentes tormentos (aunque pocas, que por temor no se llevaba bien mi alma), ni que los demonios atenazan, ni otros diferentes tormentos que he leído, no es nada con esta pena, porque es otra cosa.


EDUVIGIS CARBONI

La estigmatizada de Cerdeña, muerta en Roma en 1952 con fama de santidad, cuenta en su Diario que un día, mientras rezaba delante de un crucifijo, se le presentó una persona rodeada de llamas de fuego y oyó una voz triste que le decía: “Soy N.N. El Señor me ha permitido venir a ti para que me ayudes y me consueles en las penas que debo padecer en el purgatorio. Ofrece por mí todas tus oraciones durante dos años para salir de aquí y entrar en la gloria “. Otro día, en octubre de 1943, se le presentó un hombre vestido de oficial. Le dijo: “He muerto en la guerra y quisiera que celebren por mí unas misas, y que tú y tu hermana ofrezcan por mí las comuniones”. Después de varios días, se presentó de nuevo resplandeciente, diciéndole: “Soy ruso y me llamo Pablo Vischin. Ahora voy al paraíso y rezaré por vosotras. Gracias “.


TERESA MUSCO
(1943-1976),

La estigmatizada de Caserta (Italia), cuenta que el 2 de noviembre de 1962, no pudiendo ir al cementerio, como hubiera deseado por ser el día de los difuntos, oró desde su casa con todo fervor por las almas del purgatorio. En las primeras horas de la tarde, mientras seguía orando, vio en su habitación muchas personas. Les preguntó:

“¿Qué queréis?”. Ellas la saludaron con mucha alegría y le dijeron: “Nos has liberado del purgatorio con tus oraciones y venimos a darte las gracias “. Después, desaparecieron, resplandecientes de alegría y amor.

Muchos otros santos nos hablan del purgatorio, pero es suficiente con lo expuesto para creer en él, “En el cielo no puede entrar nada manchado” (Ap. 21.27)


EL CIELO


Visión del Cielo que tuvo Santa Faustina Kowalska en las revelaciones que le hizo Jesús Misericordioso. Puntos: 777 al 781 del Diario: La Divina Misericordia en mi alma

"Hoy, en espíritu, estuve en el cielo y vi estas inconcebibles bellezas y la felicidad que nos esperan después de la muerte. Vi cómo todas las criaturas dan incesantemente honor y gloria a Dios; vi lo grande que es la felicidad en Dios que se derrama sobre todas las criaturas, haciéndolas felices; y todo honor y gloria que las hizo felices vuelve a la Fuente y ella entran en la profundidad de Dios, contemplan la vida interior de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que nunca entenderán ni penetrarán.

Esta fuente de felicidad es invariable en su esencia, pero siempre nueva, brotando para hacer felices a todas las criaturas. Ahora comprendo a San Pablo que dijo: Ni el ojo vio, ni oído oyó, ni entró al corazón del hombre, lo que Dios preparó para los que le aman.

Y Dios me dio a conocer una sola y única cosa que a sus ojos tiene el valor infinito, y éste es el amor de Dios, amor, amor y una vez más amor, y con un acto de amor puro de Dios nada puede compararse. Oh, qué inefables favores Dios concede al alma que lo ama sinceramente. Oh, felices las almas que ya aquí en la tierra gozan de sus particulares favores, y éstas son las almas pequeñas y humildes.

¿Cómo podemos hacer un sencillo acto de amor?

Esta gran Majestad de Dios que conocí más profundamente, que los espíritus celestes adoran, según el grado de la gracia y jerarquía en que se dividen; al ver esta potencia y esta grandeza de Dios, mi alma no fue conmovida por espanto ni por temor, no, no absolutamente no. Mi alma fue llenada de paz y amor, y cuanto más conozco a Dios tanto más me alegro de que Él sea así. Y gozo inmensamente de su grandeza y me alegro de ser tan pequeña, porque por ser yo tan pequeña, me lleva en sus brazos y me tiene junto a su Corazón.

                       Oh Dios mío, qué lástima me dan los hombres
                                    que no creen en la vida eterna; 
                                          cuánto ruego por ellos 
                     para que los envuelva el rayo de la Misericordia 
                         y para que Dios los abrace a su seno paterno. 
                                                   Oh Amor, 
                                                    Oh Rey.
 
El amor no conoce temor, pasa por todos los coros angélicos que hacen guardia, delante de su trono. No tiene miedo de nadie; alcanza a Dios y se sumerge en Él como en su único tesoro. El querubín con la espada de fuego que vigila el paraíso, no tiene poder sobre él. Oh, puro amor de Dios, qué inmenso e incomparable eres. Oh, si las almas conocieran Tu fuerza".











3º segredo revelado a mística Teresa Musco


Virgen que llora en casa de Teresa Musco, mística italiana



La Avila de Santa Teresa, documental
Venerable Edvige Carboni
DOCUMENTAL: PADRE PIO - UNO DE LOS MISTICOS MAS GRANDES DEL CATOLICISMO


Teresa Neumann, Prodigio de la Eucaristía


25 secretos que Jesús reveló a sor Faustina


Sor Faustina - Biografía











12 de diciembre de 2018

Jueves 6/12/2018














MENSAJE DUCENTÉSIMO SEXAGÉSIMO SEXTO
(La hermandad de los Hombres)





<<la hermandad entre los hombres no es una utopía>>


«Diálogo, diálogo, diálogo». Éste fue el consejo del Papa a las autoridades de Brasil para construir una sociedad más armoniosa. Francisco se reunió el sábado con algunos dirigentes políticos en el Teatro Municipal de Río, ante quienes pidió que se actúe con «sentido ético» en la vida pública. 

«La hermandad entre los hombres y la colaboración para construir una sociedad más justa no son una utopía, sino que son el resultado de un esfuerzo concertado de todos por el bien común», dijo el Papa. La democracia no consiste sólo en encauzar sólo "los intereses establecidos".

 Es fundamental la contribución de las grandes tradiciones religiosas», desde la laicidad del Estado, añadió el Santo Padre, que apeló también a las raíces cristianas de Brasil. Éstas fueron sus palabras:

Excelencias, señoras y señores:



Doy gracias a Dios por la oportunidad de encontrar a una representación tan distinguida y cualificada de responsables políticos y diplomáticos, culturales y religiosos, académicos y empresariales de este inmenso Brasil.

 Hubiera deseado hablarles en su hermosa lengua portuguesa, pero para poder expresar mejor lo que llevo en el corazón, prefiero hablar en español. Les pido la cortesía de disculparme.


Saludo cordialmente a todos y les expreso mi reconocimiento. Agradezco a Monseñor Orani y al Señor Valmy Júnior sus amables palabras de bienvenida y presentación. 

Veo en ustedes la memoria y la esperanza: la memoria del camino y de la conciencia de su patria, y la esperanza de que ella, siempre abierta a la luz que emana del Evangelio de Jesucristo, continúe desarrollándose en el pleno respeto de los principios éticos basados en la dignidad trascendente de la persona.

Quien tiene un papel de responsabilidad en una nación está llamado a afrontar el futuro «con la mirada tranquila de quien sabe ver la verdad», como decía el pensador brasileño Alceu Amoroso Lima (Neso tempo, en A vida sobrenatural e o mondo moderno, Río de Janeiro 1956, 106).

 Quisiera considerar tres aspectos de esta mirada calma, serena y sabia: primero, la originalidad de una tradición cultural; segundo, la responsabilidad solidaria para construir el futuro y, tercero, el diálogo constructivo para afrontar el presente.

1. En primer lugar, es importante valorar la originalidad dinámica que caracteriza a la cultura brasileña, con su extraordinaria capacidad para integrar elementos diversos. El común sentir de un pueblo, las bases de su pensamiento y de su creatividad, los principios básicos de su vida, los criterios de juicio sobre las prioridades, las normas de actuación, se fundan en una visión integral de la persona humana. 

Esta visión del hombre y de la vida característica del pueblo brasileño ha recibido mucho de la savia del Evangelio a través de la Iglesia católica: ante todo, la fe en Jesucristo, el amor de Dios y la fraternidad con el prójimo. Pero la riqueza de esta savia debe ser valorada en toda su plenitud.

 Puede fecundar un proceso cultural fiel a la identidad brasileña y constructor de un futuro mejor para todos. Así dijo el amado Papa Benedicto XVI en su discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida.

Hacer crecer la humanización integral y la cultura del encuentro y de la relación es la manera cristiana de promover el bien común, la alegría de vivir. Y aquí convergen la fe y la razón, la dimensión religiosa con los diferentes aspectos de la cultura humana: el arte, la ciencia, el trabajo, la literatura…



 El cristianismo combina la trascendencia y la encarnación; revitaliza siempre el pensamiento y la vida ante la frustración y el desencanto que invaden el corazón y se propagan por las calles.

2. Un segundo punto al que quisiera referirme es la responsabilidad social. Esta requiere un cierto tipo de paradigma cultural y, en consecuencia, de la política. Somos responsables de la formación de las nuevas generaciones, capaces en la economía y la política, y firmes en los valores éticos. 

El futuro nos exige una visión humanista de la economía y una política que logre cada vez más y mejor la participación de las personas, evite el elitismo y erradique la pobreza. Que a nadie le falte lo necesario y que se asegure a todos dignidad, fraternidad y solidaridad: éste es el camino a seguir.

 Ya en la época del profeta Amós era muy fuerte la admonición de Dios: «Venden al justo por dinero, al pobre por un par de sandalias. Oprimen contra el polvo la cabeza de los míseros y tuercen el camino de los indigentes» (Am 2,6-7). Los gritos que piden justicia continúan todavía hoy.

Quien desempeña un papel de guía debe tener objetivos muy concretos y buscar los medios específicos para alcanzarlos, pero puede haber el peligro de la desilusión, la amargura, la indiferencia, cuando las expectativas no se cumplen.

 La virtud dinámica de la esperanza impulsa a ir siempre más allá, a emplear todas las energías y capacidades en favor de las personas para las que se trabaja, aceptando los resultados y creando las condiciones para descubrir nuevos caminos, entregándose incluso sin ver los resultados, pero manteniendo viva la esperanza.

La dirigencia sabe elegir la más justa de las opciones después de haberlas considerado, a partir de la propia responsabilidad y el interés por el bien común; ésta es la forma de ir al centro de los males de una sociedad y superarlos con la audacia de acciones valientes y libres.

 En nuestra responsabilidad, aunque siempre sea limitada, es importante comprender la totalidad de la realidad, observando, sopesando, valorando, para tomar decisiones en el momento presente, pero extendiendo la mirada hacia el futuro, reflexionando sobre las consecuencias de las decisiones.

 Quien actúa responsablemente pone la propia actividad ante los derechos de los demás y ante el juicio de Dios. Este sentido ético aparece hoy como un desafío histórico sin precedentes. Además de la racionalidad científica y técnica, en la situación actual se impone la vinculación moral con una responsabilidad social y profundamente solidaria.

3. Para completar la «visión» que me he propuesto, además del humanismo integral que respete la cultura original y la responsabilidad solidaria, termino indicando lo que considero fundamental para afrontar el presente: el diálogo constructivo.

 Entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta, siempre hay una opción posible: el diálogo. El diálogo entre las generaciones, el diálogo con el pueblo, la capacidad de dar y recibir, permaneciendo abiertos a la verdad.

 Un país crece cuando sus diversas riquezas culturales dialogan de manera constructiva: la cultura popular, universitaria, juvenil, la cultura artística y tecnológica, la cultura económica, de la familia y de los medios de comunicación.

 Es imposible imaginar un futuro para la sociedad sin una incisiva contribución de energías morales en una democracia que no sea inmune de quedarse cerrada en la pura lógica de la representación de los intereses establecidos.


 Es fundamental la contribución de las grandes tradiciones religiosas, que desempeñan un papel fecundo de fermento en la vida social y de animación de la democracia.

 La convivencia pacífica entre las diferentes religiones se ve beneficiada por la laicidad del Estado, que, sin asumir como propia ninguna posición confesional, respeta y valora la presencia del factor religioso en la sociedad, favoreciendo sus expresiones concretas.

Cuando los líderes de los diferentes sectores me piden un consejo, mi respuesta es siempre la misma: Diálogo, diálogo, diálogo. El único modo de que una persona, una familia, una sociedad, crezca; la única manera de que la vida de los pueblos avance,  es la cultura del encuentro, una cultura en la que todo el mundo tiene algo bueno que aportar, y todos pueden recibir algo bueno a cambio. 

El otro siempre tiene algo que darme cuando sabemos acercarnos a él con actitud abierta y disponible, sin prejuicios. Sólo así puede prosperar un buen entendimiento entre las culturas y las religiones, la estima de unas por las otras sin opiniones previas gratuitas y en el respeto de los derechos de cada una.


 Hoy, o se apuesta por la cultura del encuentro, o todos pierden; seguir la vía correcta hace el camino fecundo y seguro.

Excelencias, Señoras y señores, gracias por su atención. Tomen estas palabras como expresión de mi preocupación como Pastor de la Iglesia y del amor que tengo por el pueblo brasileño. La hermandad entre los hombres y la colaboración para construir una sociedad más justa no son una utopía, sino que son el resultado de un esfuerzo concertado de todos por el bien común. 

Les aliento en su compromiso por el bien común, que requiere por parte de todos sabiduría, prudencia y generosidad. Les encomiendo al Padre celestial pidiéndole, por la intercesión de Nuestra Señora de Aparecida, que colme de sus dones a cada uno de los presentes, a sus familias y comunidades humanas y de trabajo, e imparto a todos mi Bendición.


La Dimensión Humanizante de la Oración Padre Ignacio Larraga

Humanización en el cáncer.



Jose Antonio Pagola y la humanización de la salud
https://www.youtube.com/watch?v=g4w5l-zXl_Q

La palabra de Dios es fecunda - Padre Roberto Mena (Homilía de la semana pasada)
https://www.youtube.com/watch?v=u5W6v7bXncM